domingo, 13 de septiembre de 2015

Machista


No estoy vestido de mujer ni estoy vestido de hombre, realmente, no sé cómo se viste una mujer o como se viste un hombre, alguna vez creí saberlo, alguna vez creí saber muchas cosas cuando niño, sin embargo,  en esos tiempos no tenía la más remota idea del abismo que existía lejos, en los cofines de la estructura mental que erigía mi torre, mi mente, mi falo. Más  allá de los límites del falo existía un abismo cultivado secretamente en sueños, sueños de niñez que despertaron mi curiosidad, recuerdo muy bien esos sueños que se repetían y parecían de otra vida en la que me veía como una niña, una niña aventurera escapando siempre de un peligro inminente y corriendo por laberintos compuestos de habitaciones conectadas a bosques, playas, desagües  y pedazos de distintas ciudades y casas, laberintos que siempre terminaban en caídas libres hacia un abismo negro, que una vez se detuvo y los sueños terminaron dejando en mi la marca de la incertidumbre y la búsqueda, así lo quise entender, así lo quise aceptar.


     Para buscar debía regresar al principio y después viajar al futuro, ponerme un cinturón de Faraday como si fuese el caderín de una belly dancer y comenzar a bailar para alcanzar el principio, la oscuridad, donde alguna vez fui centro de gravedad  limpio y comprimido, libre de programas y definiciones, la llama azul del ego. Debía detener la máquina, y en la quietud aceptar que simplemente no podía, ni puedo aún tener una idea consistente de que chucha es ser hombre o ser mujer, solo sé que vivo un sueño sórdido y experimento un viaje, travesía indecente donde he realizado estudios y lecturas hasta el acontecer, que es cuando escribo, y no ahora, que leo para ustedes, he llegado a la conclusión momentánea de que vivir duele. Para cualquier persona relativamente consciente vivir es en gran parte doloroso, no exagero, solo basta pegar una buena mirada. La vida duele y acaricia, no sé describirlo de mejor manera, solve et coagula siempre, y respirar, respirar hondo, respirar en la mugre, en las tripas y en el sistema nervioso, en las celditas sucias que me constituyen, ser hombre y mujer en la incertidumbre, antes de nacer, antes del cuerpo definido y ver nacer los universos gestados en mis entrañas y ser madre de ideas que puedan calmar el dolor de existir y poder sentir, algunas veces, una que otra caricia. Respirar con todos ustedes, respirar y obtener la concentración, más allá de este cuerpo, del tan preciado y manoseado cuerpo, más allá de la espada que disecciona mi cabeza, cuando todo se reduce a cero y  obtenemos la objetividad que necesito  para contar esta historia, que más que historia es manifiesto y tormenta solar, próxima y violenta sobre las definiciones y los focos de control que existen en la mente y el cuerpo, sentir los efectos que causan ustedes en mí, las energías que me recorren y los recorren a ustedes también. Estamos todos aquí en el juego del tiempo, envejeciendo y muriendo a cada instante,  cuando me miro los veo a ustedes, veo constructos, veo niveles de conciencia forzados, definiciones orgullosas, niveles de humanidad tan cochinos y gigantes que no se pueden medir, a diferencia de la distancia de los planetas o la densidad de un mineral, a diferencia de mi cuerpo y esta falda medida, designada para la mujer  y que para mí, en este momento, es de hombre. No me crean confundido o confundida,  en eso estoy, intentando saber quién soy  y mientras más me hundo en el cosmos menos definido me siento.

 Ya tengo vuestra atención, ahora es cuando bajamos a la realidad.

Mientras yo existo en un mundo lleno de preguntas que me conducen a otras preguntas  y al abandono sustancial de las definiciones estructurales, hablemos de normativas. Me parece estar contemplando  o ,mejor dicho, percibiendo mucha gente a mi alrededor  que se muestra sumamente definida, gente muy feliz de ocupar roles, roles que comienzan desde el  género hasta la orientación, gente que da la impresión de sentirse muy hombre o muy mujer, muy hetero, muy gay o muy lesbiana, muy queer o muy pan sexual, o metro sexual, o cualquier otra definición entre tanta weá sexual que inventamos.

 Gente muy segura de lo que es. Sí, gente segura de sí misma basándose en sus preferencias estéticas, gente que cree tener ideologías y representaciones para definir una posición frente a los otros seres, oh seres, el chocante contacto con otros seres, los seres te juzgan y tú juzgas a los seres, así es la relación, así de simple, así de subjetiva.  Y el sexo, uff, el sexo, ni hablar del sexo, creo que la mayoría de las personas independiente a su género y orientación no gozan ni experimentan realmente del sexo, lo digo por experiencia. He sido bien puto como para corroborar honradamente la teoría, y que puedo decir: los siento normados, atrapados, inseguros y temerosamente definidos, se lo pasan disfrutando del auto-limite, aprendiendo y aplicando fórmulas del buen vivir físico, mental y sexual, practicando el auto flagelo del alma y el cuerpo, tal como los canutos, obedientes a sus dioses, obedientes a sus ideologías, sus costumbres morales y, por supuesto, sus orientaciones. Para mí que nos damos mucha importancia, no somos más que unos vulgares machos y hembras de una especie escalofriante que se atribuye responsabilidades al peo, todos definidos, todos falsamente orgullosos, todos meados y deseosos de identificarnos con alguna weá.

Esto me arroja a un punto aún más delirante, más delicado y virtualmente ineludible:

Feminista, a ti te hablo, ¿sabes lo que veo en esos hombres “privilegiados” que tú dices?

Veo prisioneros, hombres tontos y bestiales, restringidos, esclavos del sexo frustrado y desgastados por mantener una posición machista que siempre es decepcionante para ellos mismos, misóginos, asesinos y violadores, monstruos deformes que probablemente nunca pudieron comunicarse con una persona, o tal vez sí, no lo sé. Las personas están locas, la furia emocional es un terreno vertiginoso del corazón y la mente, tal vez el agua más negra y más podrida que fecunda en nuestras vaginas castradas. Victimarios o no, todos los hombres somos forzados por la enseñanza patriarcal, invento o fenómeno que no nos privilegia, al contrario, es un arma de doble filo que nos cagó a todos transformando el falo suave y ardiente en una espada filosa y mellada por la inmunda exigencia del dominio, y a la vagina cálida y húmeda en un choro frío y feminista que no quiere recibir jamás un pene por asco a la dominación. Los universos no cuadran, nos separamos  y se corta la leche, se corta la exploración y se nos pudre todo, los hombres me dan pena, las mujeres me dan pena, yo me doy pena, mas no te confundas feminista, no estoy justificando nada, a estas alturas, ya no vale la pena justificar. Los hombres somos una mierda y probablemente lo seremos siempre, sin embargo, tengo la aguda sospecha de que las mujeres lo son también, y ahí es donde quiero llegar, esta monstruosidad en que vivimos  es un problema de especie, la especie es la charcha, la especie es la que está pitiá, vivimos en el patriarcado, sí, pero dejemos algo en claro:  les guste o no, este fenómeno es culpa de todos, todos y todas las que vivieron antes que nosotros, las que aguantaron, las que no aprendieron, los que oprimieron mentes, los que creyeron ser “privilegiados” y nunca lo fueron. Finalmente, todos murieron cagados de miedo y dejaron bien hecha la pega, cagaron de miedo y de rabia a la siguiente generación, y a la siguiente, hasta llegar y dejar bien cagados de miedo y de rabia a los weones y weonas que nos criaron.

Puede sonar ingenuo,  pero tal vez hay solución, o al menos un paño tibio para calmar el dolor. Ahora no son ellos, somos otros, todos y todas las que estamos aquí, justo aquí, en este encuentro espacio temporal entre mi lenguaje y sus oídos que son todos bellos e indefinibles. Me gusta llegar hasta aquí, este es el viaje en el tiempo del que hablé al comienzo, la danza del vientre hipnótica y el abismo de incertidumbre. No puedo negar que el universo se devora a sí mismo ni que los humanos somos horribles, solo me puedo hacer cargo de mi existencia y declarar que este no es un juicio de hombre, niñito, varón, patriarcal, o tal vez sí, mas quisiera creer que hablo como entidad, más allá del género, más allá de la historia que intentó asignarme un rol forzado, como a cualquier otro hombre de este mundo, el rol de ser bruto o intelectual maricón, el rol de ver a la mujer como algo incomprensible, deplorable o admirable, el rol de tener  fuerza de hombre. Este mundo de mierda nos asigna la obligación de ser machos, gay, queer o hetero, pero machos igual, las travas son las más bonitas, pero machos igual, machos y hasta patriarcales, solo por nacer con pene, machos por no sentir vergüenza de nuestros penes, machos por desear follar con mujeres, machos por no tener periodo lunar, sanguíneo, la madre tierra, la copita menstrual y tanta pomá eco-mística que me enferma y me da asco. Puras weás normadas, machistas, hembristas, finalmente, lamemos la verga de Michell Focault y nos sentimos cuerpas, no se ofendan, en mi boca todos pierden, siempre terminamos  chocando con nuestros muros mentales. Creo que las más arriesgadas y los más arriesgados exploradores del alma y el cuerpo  son los que más mierda se tragan de otros humanos, eso lo tengo claro. No mal interpreten, no pretendo dar sermones filosóficos, solo quiero proponer con seriedad que veamos más allá, más allá del límite y los símbolos que portamos entre las piernas, símbolos tan céntricos como dominantes, símbolos que en algún momento se volvieron directrices que cerraron nuestras puertas, cerraron la vagina universal que una vez nos invitaba a pasar y nos volvieron penes cobardes que ya no deseaban penetrar en el misterio. Todos aquí somos penes y vaginas, todos somos misterios,  somos una especie cruel y solitaria, todos somos extraños. Recuperemos en la experiencia nuestros sexos perdidos, como hermanas y hermanos, recuperemos el caduceo, la energía de miles de hombres y mujeres vibra en cada uno de nosotros. Seamos magia, eso quiero, verlos sin términos, verlas brillar en el tiempo.  Y después, si es que nos dejamos más tranquilos, seguir buscando en la inmensidad. Si el azar o destino me arrojaron en este cuerpo y pensar de la forma que acabo de expresar me hace machista, entonces lo soy, MACHISTA, y me defino frente a ustedes para ser juzgado.



Nunca olvido las palabras de Crowley, otro machista:

 “cada hombre y cada mujer es una estrella” 

martes, 24 de marzo de 2015

Liquida Estelaria





Hoy las estrellas dicen:

No, maga Estelaria, esta noche no harás tu voluntad, esta noche tendrás que humillarte y perdurar.

Esta noche  volverás a lo más sucio, y no debes llorar, porque ya sabes cómo es el mundo, ya sabes cómo son ellos y ellas, ya sabes cómo son los dioses, todos truchos, igual que tú.

 Esta noche sabrás al fin cómo son la carne y la piedra, veras que todas están tejidas, sabrás que la vida es un telar interminable de una sola respiración, yo respiro contigo Maya, yo veo como  tratas de engañarme Maya, yo te veo Arcadia, veo como tratas de invitarme al cielo.

Esta noche serás distinta, serás destino, verás lo que no te gusta y tratarás de entender, no me digas que no puedes ser estelar, no me digas que no puedes ser la reina Estelaria. Harás el ritual, tragarás varias dosis de San pedro, tragarás y vomitarás hasta ver las cuerdas espiral, tragarás para no dormir nunca y olvidar nunca, para tener todos los ojos abiertos en la mente y en la pared, y no dejar de escribir, y no cerrar el córtex a los dioses que te hablan.

Esta noche serás las explosiones  y afectarás todos los patrones alterables, todas las estructuras del destino, todos los futuros posibles están acá, en tus manos Estelaria, invoca los elementos, tu elemento aguachento maga, no tengas miedo, nunca más, párate engreída frente a lo adverso y muestra las tetas y déjales la cagá si quieres, porque en la cancha se ven los magos.

No maga Estelaria, no temas derramar, no temas recordar, no temas desprenderte.

Esta noche serás tejedora en el estómago de Maya, hilaras fino en la espalda de Arcadia, tejerás en el telar estelar maga, tu lengua será mineral y agua de vertiente cobriza, canal de energía gravitacional y flexible, veras los hilos que te mueven y recordarás quien eres, solo una pieza, nada más que un punto insignificante. Pero eso es bueno maga Estelaria, porque bajarás de la nube y te harás templaria, hermosa y brillante coronada de estrellas, las más cerdas, las más bellas que se transforman.

Las estrellas se la juegan y te hacen ver:

Esta noche debes mirar bien la torre que se derrumba y buscar sus detalles, hurgar en el ojo tallado, encontrar la herida, recoger la resina y beber su bálsamo de cometas, sentirte espíritu del cosmos y gusanos en la tierra.  Ese ojo maricón de madera que lo ve todo maga, ese ojo eres tú cuando miras el infinito confuso y perverso, como la cuántica, como el binario, como el principio de incertidumbre divina y el terrorismo sagrado.

Esta noche comprenderás que todas somos dibujos y letras en hojas, dirección de cine en cintas, programación de polígonos en frames, esa es la verdad,  no somos nada maga Estelaria, nada en la nada, somos la teta con cáncer, el pico en el ojo, la pierna triturada y la sangre radioactiva alegando porque está chata del mundo y todo importa una raja.

Esta noche seremos locas y enfermas, las matriarcas y sus monstruos, juntas seremos, historias irregulares con momentos potentes y momentos de relleno, cuentos escritos por alguna diosa desgraciada que nos jode y nos hace artistas-magas, como eres tú, mira la realidad maga Estelaria, que todo esto es maqueta y todas somos muñecas tironeadas por cuerdas, nos reproducen en más y más copias elementales, somos fotones y fermiones que se destruyen para generar más calor, más vida.

No maga Estelaria, no temas derramar, no temas recordar, no temas desprenderte.

Esta noche no debes buscar lugar seguro ni tratar de indagar en el futuro porque créeme que da lo mismo, porque la incertidumbre y los taquiones siempre has sido amos de nuestro tiempo.

Esta noche maga Estelaria, tienes que aceptar que las estrellas son más distantes y las leguas más dispersas.


jueves, 19 de marzo de 2015

Retorno a las estrellas


Quita tu máscara y entra en la luna, dibuja  tus miedos y no los olvides, corre lejos  para perder de vista el mundo que te atrapa. 

La sangre se activa y las partículas neutras  se revientan y gritan y no conectan, el vicio de hacer chocar las cosas para ver como se disgregan me está matando, alta tensión, altos niveles de entropía, vamos, baila, así se rompe el universo, me siento débil, a veces creo que me voy a fragmentar ahora, todo pasa  y se gasta y se apaga.


Abre el cierre de tu cabeza y deja que salga tu verdadera cabeza para saludar a las estrellas con alegría, abraza la cuadratura de los círculos y las consagraciones matemáticas, hermosas piezas imaginarias que acarician tus manos y las hacen indicar hacia el cielo y hacia el infierno. No sé cómo definir  el resultado, ni los signos,  ni los dedos puntiagudos inclinados  hacia su antiguo hogar,  ni como desperdigar palabras en este laberinto blanco, tan brillante y poblado de interferencias.


No hay padre ni madre nuestros en los cielos, ellos siempre estuvieron aquí, en medio de todo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Nazca




                          Enloquecidos por la tormenta, con L trepábamos la montaña de la ética; estábamos a mitad del camino y el viento y la nieve bloqueaban nuestra comunicación y reducían nuestro lenguaje a una especie de clave Morse mal ejecutada o mal comprendida. Estaba encendida la mecha del final de la contienda (mal o bien peleada) que me reportaba como un escalador perdido en el desfiladero de la comprensión humana. Como comunicador, de hecho, era un atolondrado, no podía exponer de forma clara ideas que me parecían tan bellas como la visión de una paloma blanca y gris sobrepuesta delante de dos limones hermanos (brillantes como el sol) colgados de un árbol redondo, plantado (como si fuera una reina) en el centro del antejardín de una casa de la calle Ranquil, en la población La Victoria. Victoria obtenía la incongruencia y la falta de conciencia que hacían de nuestra discusión filosófica un laberinto saturado de fango y ripio, una tierra hostil donde cualquier intento de claridad se interpretaba como una razón sombría e injustificada, donde exponer cualquier punto de vista era un atentado a toda convención, a toda razón de búsqueda. Bien, considero que no es una persona despierta quien no piensa de forma
 fractal, porque el universo no es un memorial incorregible que archiva una multitud de sucesiones certeras, creencia ingenua que nos conduce al mar miserable de las repeticiones que no dejan aprendizaje. El universo es una ruta múltiple que se expande al infinito, igual que la libertad del prójimo. A veces, pienso qué la discusión filosófica puede lograr romper el pogromo y transformarse en una caja abierta a la luz del entendimiento. Corríamos y escalábamos con L y nos arrimábamos a las piedras que muchas veces se deshacían ante nuestros ojos incrédulos. L gritaba y yo no escuchaba, le hacia señas con las manos y me contestaba de la misma manera, pero nadie entendía, nadie sabía de lenguaje alguno, el ethos se había vuelto Babel. Y L me odiaba y me culpaba del ruido y mi boca escupía fuego y su boca (que era un santuario oscuro) solo pudo escupir tres formas negras y pequeñas que se posaron desafiantes en el suelo y no sabíamos si eran pasas o baratas muertas, L las pisaba pero ellas danzaban burlescas y se movían hacia mí; yo me ponía a llorar por que las baratas o las pasas me comían la cara y el dolor era tan grande, que me golpeaba la cabeza contra la muralla. Después de un rato, me daba cuenta que cada cierta cantidad de golpes la muralla se volvía una ventana y cuando lo era mi cabeza se asomaba a otra dimensión donde se podía ver el mar. Me puse a contar los golpes, la ventana se habría cada diez de ellos, así que decidí lanzarme con todo el cuerpo hacia la ventana cuando ésta apareciera. Mi cabeza estaba rota, las baratas comenzaban a meterse por las heridas de mi piel, ocho, nueve, diez, y me lanzaba con todas mis fuerzas al otro lado:  ahí estaba mi padre sentado en una silla de playa a todo sol en medio de la maleza (que nadie saca durante el invierno) en la casa de veraneo, y me miraba y tenía la voz dulce y me decía que los extraterrestres siempre nos estaban mirando, y que la culpa de todo la tenía el lenguaje; porque no era mental, si no literal y gestual, que los símbolos eran todos distintos en nuestras cabezas, y que por eso mismo los acuerdos solo podían lograrse a través de la comunión de las masas, ayudados por el ejercicio de las ideas simples. Decía que se podían lograr avances sorprendentes sacrificando nuestra individualidad y que los extraterrestres habían realizado ese proceso para evolucionar y poder llegar desde Orión, y que no tenían guerras y nadie moría de hambre y no existía literatura, ni arte, ni arquitectura alguna, porque toda relación con el espacio era de carácter mental y lo mas artístico de ellos era el incesante intercambio de sensaciones e imágenes. El cuerpo era innecesario, ergo la materia era relegada a la tangente, sin embargo, los extraterrestres envidiaban nuestra carne, nuestro caos, nuestra diversidad.

         Finalmente caminábamos con L por un llano y me preguntaba si me gustaban los dibujos de Nazca, y yo saltaba de alegría y le decía que los consideraba hermosos, que quería ir un día y pararme sobre ellos y correr por sus trazos como si los estuviera pintando de nuevo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Fumarse el mundo

El joven artista fuma un cigarrillo y me dice que en la cajetilla hay un mensaje nuevo contra el consumo de tabaco. Ya son muchos años y mucha sugestión de mierda viendo a Don Miguel con un forado en el cuello y la boca imbécil de los dientes chuecos y el feto y el tipo falso que no se le para el pico y yo, y yo por la mierda, fumo como carretonero y no sé qué hacer para que no se me pare tanto con los estímulos falsos de la realidad. Firme, así hay que tratar de ser.

El nuevo aviso dice cuando tu fumas todos mueren, ojalá tuvieran razón, ojalá fuera verdad, ojalá pudiera fumar como loco y saber que cada cigarrillo es un idiota menos en el planeta, saber que cada pucho significa exterminio, hacer que caiga luego la teja y los cielos se vuelvan negros, compraría muchos cigarros, fumaría aún más, lo haría con locura, buscaría de esos Lucky sin filtro, de esos Hilton largos, los Advance, los Life, tal como suena, vida, elección, elección de muerte, más muerte, más nicotina, más muerte, mas venganza, así sería mi destino.

Iría a fumar a los jardines infantiles donde se enseñan los principios del infierno y del Dios falso y de la virgen culeada, y bien culeada por el mundo cerdo que se nutre y se revuelca manoseando a los niños, infectándolos y pudriéndolos desde el comienzo, como quisiera volver atrás y hacer todo de nuevo, desde el primer hombre y la primera combustión, Ay como quisiera abrazarte y decirte que no estamos tan solos, pero eso sería mentira, y mi corazón está demasiado rasgado para soportar más, voy a quemar cientos de nicotinas, voy a salir a fumar al mall, a las casas de la gente de bien, también a las casas pobres, porque son pobres de espíritu y no saben qué siempre estuvo en sus manos detener tanta mugre.

Voy a fumar en el teatro Teletón, en plena noche de campaña, donde se encuentran los cúmulos de tele-tontos, los puercos famosos haciendo el show, haciéndose los buenos, haciendo que la gente ponga dinero, que se crea los llantos, que se crea la ayudas, que se sientan liberados de toda culpa mediante la maravilla de la falsa caridad, y una vez más, los cerdos tragadores de perlas manipulan a los niños, pobres niños, deberían dejarlos en paz, son lo único digno de este reino que se desmorona y se rehace maltrecho para continuar con su ciclo acelerador de la bella, destructiva e innegable entropía.  Recuerdo un video de la Teletón donde sale un niño muy pequeño en brazos de Don Francisco dando las gracias a una lista interminable de empresas y uno puede ver claramente como se mueven los labios del monstruo asqueroso dictando cada marca auspiciadora como una oración secreta para que el niño las repita, el niño se traba, no sabe lo que hace, pero sigue adelante. Malditos manipuladores, recolectores de dinero, a esos me los fumaría feliz, los haría carbón, los destruiría con mi gravitación, en mi fuego de justicia resentida, en mi comunión volátil, en los pulmones negros, en el núcleo descompuesto de mi alma, de mi estrella que se estrella contra sus pulmones y les dice que se van a convertir en ceniza, para siempre, porque siempre estuvieron hundidos, por que no sabían el valor de la piedra filosofal, que no era oro, era brillo, era desatarse y ver el centro del sol, danzar libre y mirarse con Dios. 

Como si fuera bonito

Un cielo barrido y encerado
en rojo de furia
rompe olas
silencio de los vivos
único
hijo desterrado del hombre
echo mujer a punta de lanza
como si fuera limpio
estaría cubierto
de brillantes y cobre
ausente
como si padre escuchara
el ruido de la enceradora
como  la cera pegada en la cara de madre

La caja catodica habla sola y hace hermético el placer
el rumor de un hospital de muros sucios y olor a limpio
el hijo no sabe


Se mira desde afuera
registro de penas
parece limpio
el fondo de la olla común
la cartera y las pinturas
de mujer  anclada

Se hace espuma
silencio de los vivos

Dígale a Dios
que su hijo es maricón
que el  guión se fue a la chucha
dígale que lo estamos esperando
que estamos ebrios
que no nos queda dinero
que su show ya no tiene rating
dígale que yo también me voy

A la chucha

Amnesia María

Cuando tomo postura me siento limpia, levanto la pierna rota y estiro mis dedos rasgando la celosía.

Los ojos se hacen grandes una vez que se cierran.

 Así me suelto, un ejercicio espacial, brujería pura practicada durante eones.

Relajar los hombros y hacer la obra, la gran obra de olvidar y entrar al otro lado del espejo.

Me he destruido para sentir la disolución del cuerpo y así liberar la conciencia y ser bailarina pisando la serpiente.

He visto a la diosa esta mañana, he sentido temblar mis piernas, mi organismo se retuerce ignorando el dolor para que la energía estalle, y sí, soy ligera, y soy limpia y mi pierna rota se nutre de luz.



Nuevamente en la realidad, mis ojos se abren y el mantra termina, la Diosa, los árboles y la serpiente se desvanecen en la conciencia universal.

Ahora me introduzco en la obra de Dios, en la gran obra del panteón cristiano y su culto al dolor y la hipocresía, mi pierna rota aún sostiene el látigo de fuego curativo, eso me da fuerzas.

Ahora he de volver a los hombres y entrar en la estructura, al corazón humano contenido, donde todo es ajustado como un tablero de ajedrez donde me siento peón que se mueve como reina minusválida.

Me armo de valor y estoy dentro, dentro de la amnesia, de la iglesia santa y macha que la gente piadosa sostiene, estoy dentro y veo un traga monedas imagen de María, la santa virgen María, pero esta tiene rayos en sus manos y frente a ella hay una novicia voladora que la venera.

El nombre de la novicia es  Catalina Laboure y bajo la estatua hay una inscripción que dice:

“Oh, María sin pecado concebida”

Y un símbolo que es una M con una cruz embutida en medio, me hace pensar en pico y zorra envueltos en los doce signos del zodiaco, el limgan y el yoni como único centro de gravedad, pero falso, y su falsedad no es cuestionable, aquí todo es verdad y nada está permitido.

Leo más detalles, María dice:

“Quien lleve con fe esta medalla, recibirá grandes gracias”

Y soy tan puto que deseo una medallita de esas que me libere de ser un desgraciado en silla de ruedas.

Me dan ganas de pedir milagros, porque esta María me gusta, esta me cae bien, me hace pensar en su truco, ha sido sin pecado concebida y precisamente no es su cagá de hijo, nadie ha nacido del pecado.

Esta es linda, la virgen de los Rayos, es poderosa, tira rayos, una diosa convertida en traga monedas, en máquina de apuestas espiritual, me dan ganas de soltarla, a ella y a las monjas, me gustaría hacer milagros poderosos y mostrarles lo que veo, veo que las iglesias son úteros pasivos esperando la semilla de su Dios padre que travestido gobierna el universo.

El señor está aquí, el sol en los vitrales mostrando su peor cara, tengo miedo pero aguanto, se abre una puerta pequeña, entra el cura y comienza la ordalía:

Nos saluda sin gracia, sin gracia de María y nos dice que cantemos unos “gozos” pidiendo piedad, me pregunto qué tiene de gozoso pedir piedad, cuando comienza el canto solo escucho señor, señor, padre, piedad, padre, hijo, cristo, señor piedad, padre, padre, señor, piedad y de pronto, como por cumplir, casi al final de la canción disonante nombran una vez a la María sin pecado concebida, María weón, María, al fin una mujer en el canto.

Señor, padre, hijo, cristo, una eternidad en el infierno y la palabra finalmente se hace carne y me hace ver la gloria fome de la pichula cristiana.

Y más brutal, más espantoso aún, el cura nos pide rezar, pero rezar por el papa y los obispos para que guiados por el espíritu macho, digo santo, nos guíen a nosotros por el camino de del señor, oh, Dios como no vamos a estar nadando en mierda con toda este armatoste monstruoso y su mantra asqueroso y eterno que dice “escúchanos señor te rogamos”

Y la María con su amor de madre y anuncio de ángel, con esperma de vela, esperma de hombre, María pendeja culeada por un weón viejo  y aburrido que le impone un rol, el rol de María, el rol de ser madre, muy buena madre, de ser sumisa y ante todo apañar al loco culiao del hijo.

Así han de ser la Marías atrapadas en esta eucaristía, la María piola, la María de su casa, la María sin rayos, sin calentura y sin rabia, porque ella es buena, pero buena pal pico cristiano.

Escúchenme jinetes, que en este apocalipsis vamos todas:

La María es la Babalon, y Babalon es la creación, así que chupen la zorra con su Dios porque esta misa sucia y misógina está que se rebalsa en mierda.

 El cura saca a relucir un cáliz, que hermoso cáliz, como quisiera tener uno de esos pa mis rituales, y el cura toma, toma solo, porque así son, se aseguran solos, sin embargo la otra cochiná, ese pan culiao sin grasa y sin gracia de María al que llaman “la ostia” ,ese sí lo regala a los pobres esclavos quienes hacen fila para purificarse.

Pienso que eso mismo les regalaría yo, la ostia, pero a patadas en el culo por estar aquí en esta misa de mierda apagada escuchando y mirando la desgracia en que viven, me gustaría sacudirles la cabeza y limpiarles la amnesia de iglesia que los atormenta, los golpearía una y otra vez en las mejillas, ¡una y otra vez! a ver si se pegan la escurría, a ver si alguna vez pueden ver a la diosa que veo yo en el patio y en los árboles pisando la serpiente escondida detrás de las máscaras.

 La Diosa omnisciente que veo hasta en sus muñecos patriarcales y homosexuales encubiertos, esa que ustedes ni siquiera huelen, escuchadme cristianos:

Vosotros y vuestra religión sois unos inmundos porque os negáis a vosotros mismos.

Niegan la fuerza cósmica, niegan los rayos, desconocen los círculos y los trances, no hacen milagros, los compran, se los compran a la María con una moneda de gamba.

Esta es la santa eucaristía donde comulgamos sin la María y nos comemos el pan desabrido, magia rasca, magia barata, puro desecho espiritual. 

Tuvo que pasar otra eternidad, ¡otra y otra y otra!

El cura cantó una par de porquerías más y chao, nos echa pa la casa diciendo:

“Que la paz del señor sea con ustedes”

Dando a entender que por mamarte el show te podías ir benditobenditobendito el pico, maldita la María,  María loca y furiosa que te cierra las piernas y te manda a comerte al cura y tragarte todo el amor de Dios, dios macho, Dios padre, padre las pelotas.

 Cuando salí de la misa me sentí más adolorido y castrado que nunca.

Así, como un buen cristiano, pavo culiao atormentado.